¿Puede la ciencia moderna en realidad explicar la
oración? ¿Cómo el acto de orar afecta al cerebro? ¿Y qué beneficios reales puede
la oración a ofrecer a la gente en lo físico, lo mental o lo emocional?
El equipo de NewsMax Health salió a la comunidad médica
y científica con estas interrogantes. Los resultados fueron sorprendentes. A la oración se le atribuyen 47 beneficios
científicamente probados, incluyendo el alivio del dolor, menor riesgo de
muerte por ataque cardíaco o un derrame cerebral, la ansiedad o la depresión
disminuye, mejora la función inmune, y mucho más. También
encontraron que una cantidad específica de tiempo de oración al día puede
ayudar a prevenir la pérdida de memoria, deterioro mental, e incluso la
demencia o el Alzheimer. Ver video (en
inglés)
Otras fuentes como el Dr. Harold G. Koenig de la Universidad de Duke
afirman que "Estudios
han demostrado que la oración puede evitar que la gente se enferme, y cuando
ellos se enferman, la oración puede ayudar a recuperarse más rápido" “Un
análisis exhaustivo de más de 1.500 estudios médicos de renombre "indican
que las personas que son más religiosas y oran más tienen mejor salud mental y
física",
En otros estudios realizados en varios centros médicos, la oración ha
sido un medio para acelerar la recuperación de la depresión, los accidentes
cerebrovasculares, la cirugía de cadera, artritis reumatoide, ataques al
corazón, cirugía de bypass y el alcoholismo.
¿Quién
puede orar?
Orar es un privilegio que todos debemos aprovechar. No está limitada a
clases sociales, etnias o nivel escolar. La oración puede mejorar la calidad de
vida tuya y de tu familia. Pese todo lo
que se ha dicho, todavía no somos capaces de comprender el potencial que contiene
una oración. Es posible que en este momento te estén asaltando dudas como: ¿Qué
es la oración? ¿Cuál es el mayor beneficio que recibe la persona que ora? ¿Cómo
hacer para orar y obtener los mejores resultados?
Más allá de
lo Físico
La influencia de la oración alcanza
más allá de lo físico. Más que la capacidad de curar el cuerpo la oración tiene
el poder de sanar esa área nuestra que los médicos no pueden percibir. Esa
parte donde se juntan tus emociones, tus valores éticos y tus anhelos de vivir
una vida mejor. Muchas veces aunque gozamos de perfecta salud física vivimos enfermos en lo más profundo de nuestro ser.
Muchas veces los síntomas que padecemos solo son el reflejo del malestar
espiritual y no hay mejor remedio para el espíritu que el ejercicio de la
oración.
El mayor
Beneficio de la Oración
Se ha dicho que la oración “puede mover el brazo de Dios”. De ahí que
cuando nos encontramos atravesando por circunstancias difíciles es cuando más
recurrimos a la oración buscando un brazo amigo y poderoso que cambie nuestras
circunstancias. El mismo Jesucristo nos aconseja: “Pedid y se os dará…” (Mateo
7: 7). Sin embargo aunque tenemos esa promesa, la persona que usa la oración
solo para informar a Dios de sus problemas en búsqueda de obtener respuestas
para sus preocupaciones se está privando a si misma del más grande beneficio
que resulta de la oración. Dios no necesita que le informemos de nuestros
problemas. El conoce cada situación por la que estamos atravesando. El sabe
cómo te sientes ahora mismo. Nada que
nos afecte escapa de su vista. Y aunque él toma interés inmediato en todos
nuestros asuntos. Orar tiene un propósito más elevado que simplemente conseguir
la atención divina.
El mayor
beneficio para quien ora
La oración ha sido definida “como el acto de hablar con Dios como con
un amigo”. Esta definición muestra el más grande privilegio que obtiene la
persona que ora: La oración nos acerca a Dios y nos ayuda a establecer una
relación de amistad con El por medio de la fe. Orar con fe es muy importante
pues por la fe somos convencidos de que el Padre Celestial se acerca a
nosotros. Nada supera la oportunidad de permanecer en comunión constante con
Dios. Esto es lo que enseña David en el salmo 23 cuando dice: “aunque ande por
valle de sombra de muerte no temeré…, porque tu estarás conmigo”. La seguridad
de la presencia de Dios nos confortara en cualquier situación. Aun cuando las
cosas parezcan empeorar aquel que ha aprendido a mantener un vínculo estrecho
con Dios no perderá la esperanza.
Cuándo si y
cuándo no orar.
Jesús nos recomienda ser perseverantes en nuestras oraciones. A veces
pasa algún tiempo y no recibimos la respuesta deseada, el consejo es perseverar
(Lucas 18: 1-7). Tener un horario y un lugar definido puede darle mayor
significado a nuestros periodos de oración, no obstante, en todo momento y
lugar se puede encontrar una oportunidad para orar. Y si en algún momento
piensas que no es necesario orar quizás es en ese momento cuando más necesites
una oración. El apóstol Pablo declaró a los hermanos de Tesalónica “orad sin
cesar” (1Ts. 5: 17). Algo que te ayudará a mantener un espíritu constante de
oración será orar no solo por tus necesidades. Es bueno recordar en tus
oraciones las necesidades de tus familiares, amigos y aun la de tus enemigos. Al final tú serás el mayor
beneficiado.
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