¿Puedes acordarte de lo incómoda que fue la ocasión en que no lograbas recordar el nombre de alguna persona? ¿O cuando no podías recordar un número telefónico que necesitabas, o las respuestas a las preguntas de un examen? Sin dudas fueron momentos estresantes. Ahora trata de imaginar lo que sería vivir sin memorias.
¿Te imaginas lo que sería despertar un día y
no tener idea alguna de quién eres?
Puedo asegurar que por duro que haya sido tu pasado, no sería tan duro como vivir el presente sin ningún recuerdo.La memoria es uno de nuestros más preciados tesoros. Y aunque en ocaciones hay cosas que preferiríamos olvidar, lo cierto es que tener buena memoria se considera una facultad superior.
Todos tenemos la esperanza de que nuestra memoria nos acompañe a lo largo de la vida. Por eso una de las peores tragedias que le pueda pasar a un ser humano es perder su capacidad de recordar.
En la Palabra de Dios vamos a encontrar múltiples ocasiones en las que el mismo Dios advierte a su pueblo del peligro de caer en una especie de Alzheimer espiritual. Olvidando de donde hemos salido, como Dios nos ha guiado en el pasado y el propósito que él le da a nuestra vida.Expresiones como: Acuérdate… (Ex. 20: 8 y 2tim. 2: 8); Y te acordarás… (Dt. 8: 2); Cuídate de no olvidarte… (Dt. 8: 11); Sino acuérdate… (Dt. 8: 18) son comunes en muchos pasajes bíblicos. Esto hace evidente que Dios desea y considera importante que su pueblo tenga una buena “memoria espiritual”.
Lectura de la Biblia
He conocido a muchas personas que se quejan de que leen las sagradas escrituras y que no se les queda nada. Se ven a sí mismos como vasijas rotas que no pueden retener su contenido. Por lo tanto son tentados a abandonar la lectura regular de las escrituras.El ejercicio perfecto para estos casos es SEGUIR LEYENDO. Leer la Biblia es un ejercicio sagrado que encierra muchos beneficios. Si lees y piensas que nada está quedando en tu mente, debes seguir leyendo. Dt 11: 18 al 20 dice refiriéndose a la Palabra de Dios:18 Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos.
19 Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes,
20 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas
20 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas19 Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes,20 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas19 Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes,20 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas19 Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes,20 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas19 Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes,20 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas19 Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes,20 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas
Este ejercicio traerá grandes beneficios que tocaran tu vida de una forma muy especial. Ve la siguiente promesa que se encuentra en el libro de Apocalipsis 1: 3
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.
Abrirnos a la Influencia del Espíritu Santo
Leer la biblia es el primer medio para llegar a conocerla y atesorar en nuestra mente sus hermosas enseñanzas. Sin embargo no basta con leer, también necesitamos poder comprender lo que leemos.
La biblia no es un libro común. Y existe, sobre todas las cosas, para guiarnos espiritualmente.1 corintios 2:14 enseña: “Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente”. Muchos son los que no tienen en cuenta este principio y por consecuencia malinterpretan sus relatos.



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